Este artículo aborda la tercera novela de Miguel Ángel Hernández, El dolor de los demás (2018), con el objetivo de analizar diferentes decisiones formales tomadas por el autor, también narrador y protagonista del relato, que le permiten llegar a una serie de conclusiones relevantes acerca del propio proceso de investigación que acomete y sobre el modo más pertinente de afrontar un evento traumático y plasmar el pasado por escrito. Para este propósito se emplea una metodología híbrida, y se estudia cómo Hernández alterna un doble nivel discursivo —desde el pasado recordado hasta el presente en que se informa sobre la investigación— y reflexiona sobre la ficción; el decisivo rol que juegan las imágenes en el texto; o la importancia de temáticas como la memoria o el duelo.