A través del análisis del videojuego Alan Wake (Remedy Ent., 2010) en relación con lo fantástico y su tradición literaria, encontramos que el uso de la intermedialidad y la remediación permiten un tratamiento del tiempo y de la fragmentación de la historia que altera conscientemente los límites narrativos del medio y su mecánica, a favor de una experiencia de juego coordinada con el género y tema de éste. En esta lectura del juego se ha valorado su expansión transmedia, en cuanto a mundo transmedial y su capacidad para ofrecer emociones.