El cine de Pedro Almodóvar ha sido considerado reiteradamente como teatral. El motivo, en muchas ocasiones, ha sido la recurrencia a intertextos teatrales. El objetivo de este artículo es analizar el modus operandi del director español a la hora de adaptar obras teatrales en su filmografía. Para ello se analiza la puesta en escena fílmica de las obras La voz humana de Jean Cocteau, Un tranvía llamado deseo de Tennessee Williams y Bodas de sangre y Yerma de Federico García Lorca en los filmes La ley del deseo, Mujeres al borde de un ataque de nervios y Todo sobre mi madre. Siguiendo las clasificaciones de Anxo Abuín y de José Antonio Pérez Bowie, podemos concluir que el artificio detectable en gran parte de su cine es derivado a una concepción de theatrum mundi, donde todo queda imbuido de una performatividad evidente.